UN VIAJE AL PASADO    

     Muy pocas veces en una vida tiene uno la impresión de que lo que estas sintiendo ese día no volverás a olvidarlo. Que quedara grabado en esa memoria perpetua de las cosas que ni siquiera tienen que ser recordadas, vivencias que aparecen en cualquier momento, sin ser llamadas y que te hacen esbozar una sonrisa. El 29 de Noviembre del 2008 fue uno de esos días.

     Después de 31 años, casi 100 alumnos y 8 profesores del Instituto Manuel de Falla de Puerto Real nos reuníamos de nuevo para compartir experiencias, para reírnos juntos o simplemente para vernos.

     Avanzaba 1971 y quedaba inaugurado el primer Instituto Nacional de Bachillerato en Puerto Real. Pensándolo ahora a nosotros nos debió llegar tarde porque tuvimos que hacer el primer curso de bachillerato en nuestro colegio original de La Salle. Recuerdo que por eso de la homologación, los exámenes finales tuvimos que hacerlos en Cádiz.

     Y allí llegamos casi todos. A un instituto por estrenar y muchas incógnitas. Las primeras clases mixtas, acostumbrados como estábamos a unas clases, a un colegio, exclusivamente masculino. Los pupitres de contrachapado y tubos metálicos en vez de los pesados bancos de madera y las mesas inclinadas con compartimiento interior. Y nuevos profesores, profesores de verdad, que dejaban atrás la vieja educación del premio o palo, poniendo los cimientos del saber de esa nueva España que estaba por emerger. Justo en medio llegaría el cambio de enseñanza, la revolución del BUP, donde ya no hubo vuelta atrás.

     Recuerdo los partidos del recreo en los dos patios (organizando los equipos en la media hora anterior), mientras las niñas jugaban al frontón en la pared trasera, las olimpiadas matemáticas, los viajes de competición al Puerto de Santa Maria, las fiestas que organizábamos para recaudar dinero para el viaje fin de curso, la caseta de feria repleta de padres y madres de alumnos. Recuerdo atravesar el pueblo cargado de libros y cuadernos en pesadas maletas. Y las clases blancas y los timbres y otras muchas escenas que, cuando escribo esto, me vienen a la cabeza.

     Recuerdo a la señorita Marisol asegurando que ella era capaz de andar sin hacer el menor ruido y demostrándolo. A la señorita Juani llegando siempre puntual e intentando, casi siempre sin éxito, que nos interesáramos por las letras cuando nosotros solo queríamos acción y no literatura. A la señorita Olga (que habrá sido de ella) que no fumaba pero llevaba tabaco sólo para ofrecer.

     De don Juan malo leyendo el periódico en algún examen y levantado la cabeza de vez en cuando. Recuerdo a la señorita Ini de la que todos los niños, sin excepción, alguna vez nos enamoramos, o de Don Florentino frotándose las manos, de esa manera especial, mientras declamaba "hoy vamos a hablar de".

     La organización, simplemente perfecta, el sitio, cómodo y amplio, las identificaciones, todo un acierto, el pase de lista, el video del Dide, su libro de recordatorias, la mesa de las fotos, los diplomas, todo...

   
   

     Mis felicitaciones a JuanBau, Salva Vadillo, Luiti (o era Uliti), Juani Boy y seguro que alguno más por haberme hecho pasar una de las tardes mas gozosas en mucho tiempo.

     Y a los profesores y a todos los demás alumnos, los que fueron y los que no pudieron ir, al proseguir su camino, les deseo un radiante y venturoso futuro.

       Ha sido para mi un privilegio poder participar en este reencuentro y poder compartir unas horas tan entrañables. Ya estoy esperando la siguiente.

     Hasta la próxima...                                          

Antonio García Villalpando (el villalpando)