NAZCA
     Llegamos a Nazca sobre la hora de comer y, casi sin tiempo, almorzamos en Mamashana, un restaurante con buenas críticas a dos manzanas del hotel. Después de eso nos acercamos al hotel a descansar un poco, el sol pegaba fuerte y no había un alma en la calle.

     Escogimos el hotel Casa Andina Nazca, de una cadena de hoteles tipo casa colonial muy funcional, casi todos con un patio interior sombreado muy acogedor. Dos calles arriba llegabas a la plaza de armas de Nazca.

 

     Después de una reparadora siesta bajamos a la cafetería desde donde se oía música que provenía de un sitio cercano. Ni siquiera el camarero sabia de que se trataba de modo que salí a la calle a buscar su procedencia. Después de un par de vueltas por la manzana encontré que se trataba de una gallera, un sitio donde se exhiben peleas de gallos y se hacen apuestas. Estos establecimientos ahora están prohibidos en España pero antes funcionaban en algunos pueblos, incluso en el mío. Me informaron que la sesión de tarde comenzaría sobre las siete y media. Además funcionaba como un bar con algunas comidas.

     Aun tuvimos tiempo de dar un paseo por los alrededores.

    Nazca es una ciudad pequeña que ha crecido al abrigo de la afluencia de turistas a las líneas. Su plaza de armas no tiene ningún atractivo, ni siquiera la iglesia, de arquitectura moderna, dedicada, creo, a la virgen de Guadalupe. Lo único reseñable era un establecimiento de golosinas con el sugestivo nombre de "el karajo", con eso está dicho todo.

 

     Puntualmente a las 7:30 entramos en la gallera abonando los 10 soles de la entrada. A mi mujer no le hizo demasiada gracia el espectáculo pero yo terminé fascinado, y no tanto por la pelea en sí sino por la parafernalia, por la liturgia de la función. Un foso redondo muy bien iluminado donde aparecen los dueños de los gallos (o los entrenadores, vete tu a saber) cada uno con un ejemplar en sus manos, abrazándolos, acariciándolos y soplándoles el pico. El juez examina a los animales prestando atención al espolón de varios centímetros que lucen en sus patas, luego los dueños los enfrentan sin soltarlos como a modo de presentación mientras el speaker va recordando el numero de la pelea, el nombre de los gallos y su propietario. Aparece el juez con un separador grande de cartón que coloca entre los animales para que no se vean mientras los propietarios los depositan en el suelo. El juez levanta el separador y comienza el duelo.

     Al principio los gallos se miran y comienzan a andar en paralelo o se distraen mirando al público como si no quisieran atacar hasta que uno de ellos se lanza, alzándose del suelo y moviendo las alas. El movimiento es rapidísimo y pronto, una nube de plumas aparece en el aire. El combate termina cuando uno de ellos se tiende en la arena, vencido. Rápidamente son de nuevo cogidos por sus dueños y se pierden escaleras arriba mientras se anuncia al ganador. Derecha o izquierda, siempre derecha o izquierda. Tal como rezan unos carteles en los lados del foso.

Antes de eso se han efectuado las apuestas. Cuando los animales ya están en el ring, dos personajes dan vueltas por el exterior tomando las apuestas de los presentes (todos conocidos) con solo una señal, un guiño, derecha o izquierda. anotándolas en un papel.

Tras cada pelea el foso es nuevamente limpiado y rastrillado hasta que no queda una solo pluma o mancha de sangre en la arena para comenzar una nueva pugna.

Hasta unas 7 u 8 peleas vimos y sólo en una ocasión el perdedor pareció estar malherido. En las demás simplemente uno de ellos se tumbaba en tierra derrotado, incluso en una de ellas no hubo vencedores, los pollos simplemente no querían pelear, dándose combate nulo. Hice un pequeño video con una muestra de la velada pero me ha sido retirado por YouTube por supuesto contenido violento (?).

 

     Cuando salimos, ya de noche, una pequeña procesión caminaba por la plaza de armas. Una virgen seguida de decenas de devotos entre el humo de los incensarios y el cántico de los feligreses. Puede que fuera la virgen de Guadalupe ya que antes, por la tarde, cuando entramos en la iglesia se celebraba una misa y había muchos niños engalanados como recibiendo una confirmación. La virgen esperaba en su trono a ser procesionada.

 

     Cenamos en un establecimiento en una esquina de la plaza, un gran plato de sopa de champiñones y, como no podía ser menos, medio pollo entre los dos. Mi mujer, que antes estuvo horrorizada con el espectáculo, dio buena cuenta de un buen muslo y contramuslo sin el menor remordimiento. Probablemente, el pollo que nos comimos vivió 2 o 3 meses mientras los gallos de pelea sobreviven 3 o 4 años, todo el tiempo mimados y bien alimentados. Paradojas de la vida.

 

     La mañana siguiente tendríamos el plato fuerte de la jornada, el sobrevuelo de las líneas.
     Llegamos pronto al aeródromo porque entendíamos que las líneas serian mas visibles de buena mañana antes que el calor dejara escapar una bruma que dificultara la visión pero aun estuvimos mas de media hora esperando nuestro vuelo.

 

     El avión asignado debió ser el mas grande disponible, al menos era el mayor de los que estaban aparcados en la pista. Con cabida para 12 pasajeros, cada uno con una ventana.

     Nos explicaron algunas normas elementales y algunos consejos de fotografía ya que no es tan fácil plasmar con nitidez las líneas desde el aire. Además el uso intensivo de la cámara contribuye al mareo en estos aparatos.

 

     Después del despegue bordeamos algunos campos arados y llegamos al borde del desierto y muy cerca ya comenzamos a atisbar algunas líneas rectas como enormes pistas de aterrizaje. El fuerte calor a esa hora hacia que las vistas no fueran todo lo nítidas que hubiéramos deseado. En poco tiempo aparecieron las primeras figuras:

 

     El mono (muestro las fotos originales y algunas ampliaciones desaturadas para aumentar la nitidez)

 

El perro.

 

     El astronauta, esta figura aparece en la falda de una montaña, es la única que vimos que no estuviera en suelo raso.

 

La ballena.

 

El colibrí y la espiral.

 

La araña o la tarántula.

 

El cóndor.

 

La sirena, ésta solo la puedo ver yo.
El alcatraz.

 

Este bicho que no se muy bien que quería ser.

 

Una especie de árbol.

 

El loro o el papagayo.

 

     Y tres figuras muy juntas: las manos, otro árbol y el lagarto, este ultimo dolorosamente atravesado por una carretera donde también se ubica un mirador convenientemente emplazado.

 

     Además de otras figuras como espirales, supuestos candelabros y sobretodo rectas interminables y triángulos alargadísimos que sugieren pistas de aterrizaje.

 

     A pesar de los vaivenes del avión yo no sentí mareo en absoluto pero sí mi mujer que tuvo algunos momentos de inestabilidad en los que tuvo que dejar de hacer fotos. Una chica que se sentó delante mía también lo pasó mal.

 

      Por ultimo sobrevolamos unos acueductos subterráneos que luego veríamos de cerca.

 

     La siguiente visita fue el cementerio de Chauchilla. Se trata de una necrópolis preincaica que se encuentra a 30 Kms, de Nazca. Quizás de la cultura nazca o anterior, con restos incluso de hace 20 siglos. Se trata de hallazgos funerarios momificados, algunos en un excelente estado de conservación junto con vasijas de cerámica y otros enseres.

    A pesar del gran expolio producido aun se conservan muchos enclaves. El guarda encargado de su conservación nos contó que prácticamente cada trocito blanco que se haya en la llanura es un trozo de hueso y cada trozo marrón es un trozo de cerámica. También nos dijo que se han calculado mas de 30.000 enterramientos en una zona habitada por no más de 6000 almas, lo que conlleva la idea de que muchos cuerpos eran trasladados de otras poblaciones cercanas y los enterraban allí para favorecer la momificación gracias a la aridez del terreno.

 

     Muchas de las momias aun conservan el pelo y las uñas e incluso jirones de piel.

 

     Después de la macabra excursión el guía nos llevo a un pequeño museo cercano que servia como excusa para una tienda de artículos de cerámica. Afortunadamente cuando llegamos los dueños estaban enfrascados con otro grupo y pudimos escabullirnos después de hacer algunas fotos curiosas.

 

     Cerca de la tienda nos acercamos a un promontorio desde donde se apreciaban algunas líneas. Era el sitio propicio para que el guía nos relatara las diversas teorías sobre su construcción y su intención. Desde orígenes extraterrestres hasta referencias astronómicas e incluso meteorológicas. De todas ellas me quedo con las que predican un origen religioso-místico porque si pensamos que impulso puede hacer a una civilización el llevar a cabo semejante trabajo no me cabe mas que lo hicieron movidos solo y exclusivamente por una cosa: La fe. Y eso si me parece creíble.

 

     Luego nos acercamos a los llamados Acueductos de Cantaloc que ya vimos desde el aire. Se trata de construcciones que excavaban en la tierra para abordar un río subterráneo y abastecerse de agua a modo de pozos espirales.

 

     Con esta excursión dábamos fin a las visitas de la zona de Nazca y aun teníamos la tarde libre a la espera del autobús nocturno que nos llevaría hasta Arequipa.

     Almorzamos en un restaurante familiar por consejo del guía en la misma plaza de armas. Creo que un plato de patatas rellenas de carne y otro de arroz con pollo regado con nuestras amigas las cuzqueñas rubias y negras.

 

     A mi aun me dio tiempo de aprovechar la tarde con un buen afeitado profesional en un establecimiento junto al hotel. Una barbería muy moderna regentada por chicos portorriqueños.

 

     Volvimos a cenar en la pollería de la plaza de armas, bien prontito antes de ir a la estación de autobuses.

 

     Esa noche la pasaríamos viajando en bus cama con la compañía Cruz de Sur. El trayecto atraviesa las montañas hasta Arequipa con un sin fin de curvas en una carretera infernal llena de camiones donde casi nunca pasamos de 50 ó 60 Km/h. Debido al traqueteo yo dormí bastante poco.

 

     Nos esperaba la Ciudad Blanca a la sombra de 3 volcanes.