LA PREPARACIÓN

   No era Egipto el destino que teníamos pensado en un primer momento. La mayoría de las veces que hemos viajado mi mujer y yo, nos hemos dejado llevar por las ofertas de última hora, así conseguimos viajar por poco precio a Méjico, Republica Dominicana y Cuba (los tres destinos favoritos del caribe y donde salen mejores ofertas), Orlando en Florida (USA) así como un par de veces a Tenerife.

   Ese año (el 2002) queríamos ir a Thailandia pero no encontramos buenas ofertas y al final, casi por casualidad, elegimos Egipto.

   Encontramos un programa que nos gustaba en uno de los folletos que nos dieron en las agencias que visitamos y luego de mucho pensarlo nos pusimos manos a la obra. Los folletos de viaje a Egipto, al menos aquel en cuestión, me parecía más un recuento de excusas y advertencias que un catálogo informativo, que si pueden anularse vuelos, que si te cambian el hotel o el barco a ultima hora, que las maletas se quedan al sol, que no hay responsabilidad por parte de la compañía, etc... Hacían ver que en ese país el desorden y la improvisación están a la orden del día y quizás porque íbamos predispuestos a que todo saliera mal, todo fue a pedir de boca y sin el más mínimo sobresalto.

   En principio teníamos pensado hacer el viaje convencional en vuelo charter de 11 días (3 noches de crucero, 1 noche en Luxor, 3 noches en el mar rojo y otras 3 en El Cairo) pero descubrimos que incluía un viaje en autobús de ¡¡¡ 600 Kms.¡¡¡, el trayecto Mar rojo - El Cairo, y nos pareció una paliza, además debíamos salir desde Barcelona ya que desde Madrid no había plazas libres.

    Pero encontramos otra posibilidad: hacer el vuelo con la compañía egipcia Egiptair desde Madrid, esta opción incluía el traslado Mar rojo - El Cairo en vuelo interior por 30 euros más pero además el vuelo a Egipto salía muy temprano así que aprovecharíamos el máximo de tiempo en ese país.

   Recopilamos de internet varias páginas con todo tipo de información; de foros de viajes, de agencias, de paginas de viajes como ésta, etc... Y dos días antes ya estábamos en Madrid con todo preparado.

   La agencia nos llamó al móvil para decirnos que el vuelo se retrasaba dos horas (algo que tenemos que agradecer a la oficina de Marsans en el Puerto de Santa María ya que no es normal que tengan este tipo de atenciones, es por eso que los nombramos) y allí empezamos, en Barajas a las 3 de la mañana, con las pilas bien cargadas y dispuestos a darnos un buen festín de milenaria cultura egipcia.

! no se lo pierdan ¡