Conclusiones

 

     Sin duda este viaje ha sido mucho mas completo que aquel que realizamos en 2002 incluso sin tener la escapada al mar rojo que, entonces, vino muy bien para desintoxicarse de piedras.

     Ciertamente, es posible que algunos días sobrasen en el recorrido, que el crucero también puede obviarse si se consigue un vehiculo para el traslado Luxor-Assuan con las breves paradas en Edfu y Komombo. Pero nuestro propósito era ir sin prisas para poder degustar lo visto y sentido.

 

     Pienso que Luxor es el gran olvidado de los folletos turísticos, dedicarle un solo día en el recorrido clásico de las agencias es un crimen. Luxor se merece al menos 4 o 5 días

 

La agencia cumplió con creces lo prometido. Fuera del pequeño incidente de las cuentas de bebidas engrosadas, todo transcurrió sin contratiempos, no hubo demasiadas visitas a tiendas y cuando las hubo nos escabullimos de inmediato. A veces eché de menos algo mas de profundidad como el recorrido del barrio copto o la ciudadela pero, ciertamente la agenda de ese día (que incluía el vuelo desde Assuan) era apretada.

     No aprovechamos demasiado las noches en las ciudades, excepto en Luxor. Tampoco somos trasnochadores y terminamos bastante cansados como para encima buscar divertimentos nocturnos. Quizás no buscamos bien pero incluso en Luxor, las noches me parecieron un poco insulsas y las calles, bastante desangeladas.

     Hay poco turismo, muy poco (hablo antes del coronavirus), sin embargo, la logística de los viajes turísticos hace que en algunos recorridos, especialmente los del crucero, la gente se concentre, toda junta, en muy poco tiempo, en el templo que corresponde, lo que hace agobiante la visita.

 

     En cuanto al país, pocas novedades. El turista sigue siendo el turista. Incluso con un agresivo regateo nunca pagarás de menos por cada cosa que compres y a la que no te des cuenta, te la clavan. Me dio la impresión pero es solo eso, una impresión, que el país estaba algo mas radicalizado. Mas difícil encontrar alcohol. Los establecimientos que sirven alcohol algo ocultos, casi clandestinos (excepto si son turísticos).

 

     Egipto me parece un destino perfecto para ir con niños, no hablo de bebes, niños de 7, 8 años en adelante. Les puede suponer una aventura extraordinaria el adentrarse en la cultura egipcia antigua. Entrar en una pirámide o una tumba noble, perderse en un mar de columnas enormes. Descubrir la escritura jeroglífica. Yo hubiese querido hacerlo de pequeño.

     Ya hable del calor. Para mi es, digamos, soportable y como no hay humedad pues, soportable.

 

      La comida se me hizo algo repetitiva, sobretodo la de los comedores turísticos donde nos llevaron. No salían del arroz blanco, las berenjenas empanadas, los pinchitos de cordero en barbacoa, las verduras estofadas y el pan de pita. En el barco si que había variedad. La restauración de la motonave era magnífica.

 

     En el futuro, Egipto puede ser un buen destino cuando se resuelva lo del virus y entremos en una normalidad. Está prevista la apertura del nuevo Gran Museo Egipcio en Giza, al parecer con sitio suficiente para exponer la cantidad de hallazgos que aun se almacenan en los sótanos del otro museo. Será un gran aliciente para visitar el país aunque yo no soy amante de esas visitas asépticas y enlatadas de museos y calles celebres. Prefiero cien veces la entrada estrecha de una tumba o una pirámide, el descubrimiento de un escarabajo esculpido en un templo, la aparición de unas estatuas enormes de 30 siglos de antigüedad al girar una esquina o una simple puesta de sol detrás de un río tranquilo desde en barco. Si valoras esas cosas, Egipto es tu destino. Si no, pues también.

 

     Gracias a todos.