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Mezquita Jamal Masjid, la mas grande del país. |
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INDIA
Misteriosa, enorme y masificada India. Las vacaciones del 2007 tuvieron como escenario el norte de este inmenso país.
El viaje incluía un recorrido por las ciudades mas representativas del norte del país con trayectos interminables por carretera, un pequeño camino en tren y dos vuelos internos de los que el ultimo nos llevaría a Nepal que tiene un capitulo aparte.
DELHI
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Mezquita Jamal Masjid, la mas grande del país. |
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Memorial de Gandhi (Raj Ghat) y Templo Bangla Sahib de la religión Sij (la de los turbantes) |
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La puerta de la India, majestuosa y muy vigilada, se encuentra en un extremo de la gran avenida Rajpath . A su lado un original templete. |
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| El edificio gubernamental por excelencia de la India, el parlamento de Delhi. Solo lo vimos desde el autobús, según nuestro guía, no podía ser visitado ni podíamos bajar del autobús por medidas de seguridad. | El templo hinduista de Birla. Solo puede fotografiarse desde fuera. Llama la atención las svásticas de la fachada y otras muchas del interior. |
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El complejo del Qutb Minar es un conjunto de edificios
imponentes cuyo máximo exponente es el alminar de 73 metros de alto y 15
de diámetro en su base.
También conserva la primera mezquita construida en la India, la mezquita de la Grandeza del Islam. Son muy vistosos una serie de grandes arcos ojivales de piedra arenisca, una columnata finamente labrada y una única columna de metal de mas de 2000 años que a pesar de padecer las inclemencias del tiempo permanece inoxidada.
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| En
Thailandia me resulto imposible fotografiar las motos familiares, pero aquí
las hay por todos lados. Hice varias pero el premio se la lleva la primera
con sus !!!seis!!! ocupantes bien apretaditos. Y además entre un
trafico caótico donde abundan las bicicletas, los carros, los animales,
los rickshaws de tres ruedas, los camiones y, por supuesto, los
peatones.
Curiosas también esas cabinas telefónicas móviles que las encontrabas por todos lados. |
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Del
hotel asignado originariamente en Delhi solo vimos su recibidor ya que
cuando volvimos de las visitas nos encontramos que nos lo habían cambiado
por culpa de un congreso chino que copó la mayoría de las habitaciones. El
propio hotel nos regaló una cena por las molestias ocasionadas. El nuevo hotel era todo lo contrario al anterior. Un edificio de 22 plantas, mejor situado que el primero, y con mobiliario hipermoderno. Lastima que no la aprovecháramos demasiado. |
PALACIO DE SAMODE
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Camino a Jaipur, el itinerario comprendía una pequeña escala en el
palacio de Samode.
Enclavado en una ciudad casi fantasma, el palacio ha sido reconvertido en hotel y acoge a las viajeros con varias salas sumamente decoradas aunque un poco oscuras. En cuanto llegamos unos pocos monos bajaron de las laderas de los montes cercanos y se encaramaron en los muros del patio. La comida ofrecida, tipo buffet, fue correcta pero nada del otro mundo. El comedor, como en casi todos sitios en India no tiene espacio para fumadores. En este país, al contrario de lo que yo creía, no fuma casi nadie. El guía nos comentó que hay provincias enteras donde esta prohibido fumar. |
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JAIPUR
| Jaipur
nos recibió con muchas de sus calles inundadas por el monzón. Desde el
autobús vimos como a duras penas los coches y las motos avanzaban por
algunas calles con medio metro de agua.
La primera visita resultó decepcionante: el imponente palacio de los vientos se encontraba andamiado y esto restaba toda su belleza, eso como algunas otras cosas no se comentan ni siquiera en los foros de viajeros, quizás por eso ni siquiera saqué la cámara cuando visitamos el observatorio. No tengo ninguna imagen de esa visita y fue cuando menos curiosa. |
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| El
paseo en elefante fue entretenido. Las prisas ni siquiera nos dejaron
intercambiar las cámaras por lo que las únicas fotos nuestras que
conservo son las de un profesional que nos hizo por el camino. La bajada
se hace andando y no sabes que agobia más, el calor del día soleado o
los inagotables vendedores que te acompañan durante todo el trayecto.
El palacio pedía a gritos unas reformas pero la situación y las vistas eran impresionantes.
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Luego visitamos el palacio de la ciudad que es aun la residencia oficial
de maharajá de Jaipur.
Los muros exteriores fueron construidos por Jai Singh pero el interior es mucho mas reciente, de estilo combinado rajastaní y mogol. Uno de los patios conserva 2 grandes tinajas de latón que el maharajá lleno de agua del Ganges y se llevo a una visita a Londres. A otro de los patios se accede por unas bellas puertas decoradas con motivos de pavos reales. En todo el recinto abundan vigilantes ataviados con turbante rojo que no dudan en incitarte a fotografiarles para luego pedir algún dinerillo. A la salida vimos el primer encantador de cobras vendiendo flautas. |
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| Bonito
hotel el de Jaipur. De tipo antiguo con un jardín inmenso donde el
ultimo día se celebro una gran boda india con elefantes pintados y
fuegos artificiales. También tenia un ajedrez gigante y por las tardes
montaban un mercadillo de títeres, ropa y bisutería.
Una de las tardes libres la dedicamos a un mercadillo enclavado junto a una de las murallas de la ciudad. Allí Maribel se dibujó las manos con Henna y compramos varias camisas, pantalones hindúes (pantalones cagados) y colchas de seda. Todo a muy buen precio sin demasiado regateo. Fue nuestra primera experiencia con las rickshaws y con el trafico indio. Mejor mantener los ojos cerrados.
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FATEHPUR SIKRI
| Camino a Agra paramos en la ciudad fantasma de Fatehpur Sikri una antigua capital del imperio mongol que fue abandonada por la escasez de agua. Contiene diversos palacios de arenisca roja, deshabitados y desiertos y una mezquita. Allí pude robar muchas instantáneas de musulmanas ataviadas con bellos saris de todos los colores. | |
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AGRA
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La primera visita de Agra, el Fuerte Rojo a orillas del río Yamuna (en
la otra orilla del Taj) con enormes dobles murallas de arenisca roja.
Su construcción comenzó por el emperador Akbar pero fue terminado por su nieto Sha Yahan que fue añadiendo edificios de mármol blanco. Al principio fue destacamento militar, luego fue convertido en palacio y finalmente en prisión donde pasó sus últimos años preso el propio Sha Yahan destronado por su hijo. Unos patios esplendidos, muchos monos jugueteando por los muros y unas vistas impresionantes del Taj al otro lado del río. |
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| Justo
el día antes de llegar a Agra se produjeron unos disturbios por las
protestas musulmanas con quema de camiones y coches que obligaron a
cerrar el Taj Mahal medio día. Afortunadamente cuando llegamos, los ánimos
se habían calmado y el mausoleo había sido abierto de nuevo.
El hotel también era precioso. Con jardines muy cuidados una piscina que no catamos y un mirador al Taj. |
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Tagore lo describió como "una lagrima en el rostro de la
eternidad" y Ruyard Kipling como "la materialización de todo
lo puro" descripciones ciertamente un poco cursis y cierto es que
el mármol blanco de su construcción amarillea bastante, que para
llegar debes sortear una legión de vendedores y las medidas de
seguridad llegan a ser exasperantes. Pero a pesar de haberlo visto en
cientos de fotos cuando atravesé la ultima puerta de entrada y lo vi un
escalofrío me recorrió la espalda de punta a punta y mi cara, nuestras
caras, esbozaron una leve sonrisa y una sensación de relajo
interior.
Allí estaba el Taj Mahal, empastado en un cielo azul casi blanco y elevado en una plataforma de mármol como si en cualquier momento pudiera despegar hacia arriba. Luego vas y subes y te aproximas a él y lo ves de cerca y detrás el río y a cada lado, pero guardando una distancia prudencial, otros edificios gemelos que ni de cerca le hacen sombra. Y la paz. Ganas te dan de decir "ya lo he visto, ya puedo volver" |
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Estas son algunas de las decenas de fotos que hice allí. Las cúpulas,
los jardines, las incrustaciones de mármol, el río, los animales, todo
merecía ser fotografiado, incluso una fila enorme de mujeres y niños
con saris de colores que caminaban hacia el mausoleo. Entramos a primera hora de la mañana, justo después de abrir, y durante toda la visita no hubo demasiada gente. |
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EL TREN A JHANSI
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Después de visitar el Taj, yo pensaba que vendría bien un relajante
viaje en tren inicio de una jornada agotadora que nos llevaría a
Khajuraho.
Y, bueno, el vagón era ciertamente cómodo pero la espera en el anden nos dio oportunidad para observar toda una muestra de la variopinta jungla humana y no tan humana (ratas en las vías, vendedores, niños hambrientos, caras desfiguradas por la lepra, pedigüeños deformes, soldados, vagones con rejas en las ventanas, colores y olores). |
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ORCHA
| Camino
de Khajuraho hicimos una parada en esta autentica ciudad medieval embutida
entre árboles.
Después de recorrer una carretera infame, con solo el centro alquitranada llegamos a Orcha. Una pequeña ciudad con un palacio inmenso y precioso pero muy descuidado. De nuevo la sensación que me acompañó durante todo el viaje del enorme patrimonio desaprovechado que conserva este país. El palacio en cuestión es el de Jahangir Mahal con enormes cúpulas preciosas, cientos de recovecos y unas vistas impresionantes de los alrededores. Últimamente la ruta que cruza esta ciudad esta siendo reconstruida y es que al parecer el éxito del conocimiento de estos lugares (y secundariamente su restauración) depende de que las carreteras sean mínimamente transitables o se construyan diversos puentes. Si no es así, las agencias turísticas se desvían por otros caminos y estos lugares quedan en el olvido y la subsiguiente degradación. |
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KHAJURAHO
| Para
mi, son otra de las perlas de la India. Unos edificios preciosos y
finamente labrados con mil años de antigüedad. En sus tallas se pueden
ver dioses mitológicos, guerreros, animales pero hay dos elementos recurrentes: las
mujeres y el sexo.
Las escenas eróticas y hasta pornográficas se suceden pero no son las únicas, también están representadas batallas enteras, con ejércitos alineados, o escenas cotidianas y todo en un entorno muy cuidado, además, escasamente visitado, al menos cuando fuimos nosotros. |
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BENARES (VARANASI)
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Casi no pudimos disfrutar el hotel de Benares
ya que llegamos reventados de la maratoniana jornada, tan solo nos dio
tiempo de paladear unas Kingfisher, una de las cervezas con mas tradición
del país con sus buenos 660 mililitros. A la mañana siguiente visitamos un edificio que alberga un mapa de la India realizado en mármol. Se trata del Templo de la Madre India. Me llamo la atención, dentro de las profusas explicaciones del guía las referencias a Pakistán, una confrontación que a nosotros nos cae demasiado lejana. Tras la fugaz visita al templo abordamos un ciclotaxi por parejas para dirigirnos al río. Tengo grabada la interminable y peligrosa carrera casi por completo y estoy seguro que el ciclista aun se acuerda de mi y no creo que fuera por las bien ganadas 100 rupias que le dejé de propina (a pesar de que el guía nos asegurara que el ya le había pagado y muy bien). |
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La
travesía nocturna del río formaba parte del paquete extra que contratamos
con el guía. Es una excursión que aconsejo de veras. Incluye el trayecto en ciclotaxi, una experiencia única, la caminata por las callejuelas anexas al Ganges que no tiene desperdicio y además el recorrido por el río. Se realizan cremaciones a todas horas pero muchas mas por la noche. Cuando llegamos al Ghat Manikarnika una decena de piras funerarias ardían ante nuestros ojos. Pudimos contemplar toda la ceremonia con el baño del muerto en el río, la recogida del fuego sagrado, las cinco vueltas a la pira y por fin la cremación a escasos metros de nosotros. Antes de eso habíamos realizado la ofrenda al río con una pequeña vela adornada con flores (ofrecida por una niña hindú guapísima, como se puede ver en la foto adjunta) que depositamos en el agua a merced de la corriente. Luego vimos una ceremonia que tiene mucho de espectáculo con monjes cantando y danzando con una repetitiva y monótona música en una zona de escalinatas (las mas grandes) repletas de fervientes hindúes. |
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| Por la mañana hicimos el mismo recorrido (esta vez en autobús) llegando al río aun antes de amanecer. Es entonces cuando el pueblo se despierta y comienzan a aparecer peregrinos para realizar quehaceres cotidianos, lavar la ropa o los dientes, o quehaceres sagrados como las abluciones, los baños de inmersión y las plegarias, y todo ello en un agua toxica y oscura pero a la vez placida y acogedora. Es el Ganges y para ellos es la vida y la muerte misma. Entonces las cámaras hacen su aparición y, curiosamente, mientras nos sentimos intrusos, ellos permanecen indiferentes ante nosotros como si formáramos parte del paisaje diario. | |
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| Este ultimo día en la India me dio la oportunidad de fotografiar las calles cercanas al río y sus protagonistas. Hombres, mujeres y niños con mirada seria y serena, animales naciendo a la vida o vagando entre los destartalados edificios. | |
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Ese mismo día nos
despedimos de la India. Todos nos dejamos algo allí pero también nos
traemos algo de su espíritu y aunque no se desee volver (yo no lo deseo)
las experiencias vividas se recordaran siempre con agrado. La aventura continuaba en Nepal que también es otro mundo. |
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