Días 6, 7, 8 y 9. 31 de Agosto, 1, 2 y 3 de Septiembre. AQABA

     Después de Amman, de atravesar el país hasta Petra, de circular por el desierto lo que mas necesitábamos era 4 días de esparcimiento tranquilo en un hotel superior, una playa esplendida, un clima calido y unas aguas cristalinas, lo teníamos, era Aqaba y el hotel, el Mövenpick.

      Uno de los mejores establecimientos de Aqaba, preciosamente decorado, con playa privada y a dos pasos del centro de la ciudad.

     La media pensión incluía desayuno y cena, dada la imposibilidad de comer en la ciudad (Ramadán), los almuerzos los hicimos casi siempre en el bar de la playa (pizzas, sándwiches, carnes. algo de pasta y cerveza).

      Aqaba es el único puerto marítimo de Jordania y el destino veraniego preferido por los jordanos, es por eso que existen decenas de grandes restaurantes junto a la playa con cientos de mesas junto al mar. Su playa publica esta señalizada en los carteles publicitarios como recorrido pintoresco, pero los 4 días que estuvimos allí el pueblo parecía un desierto. El problema es el Ramadan.

     Era pleno Ramadan y eso en cualquier ciudad no supone mayor problema, los días son vacíos pero las noches son bulliciosas e interminables. Aqaba, sin embargo es una ciudad de vacaciones y ningún jordano hace sus vacaciones en Ramadan, por tanto, la ciudad estaba casi vacía. Solo por las noches había algo de ambiente pero de los mismos jordanos de Aqaba, ningún turista jordano y eso traía tiendas y restaurantes cerrados a cal y canto. (curiosamente en un Mac Donalds nos dijeron que nos podían preparar la comida pero que no la podíamos comer allí).

     La pequeña playa del hotel cumplía a la perfección con lo que necesitábamos, tranquila, sin olas y de un agua transparente y no demasiado caliente.

     No podíamos perder la oportunidad de ver de nuevo los  fondos marinos del Mar Rojo de modo que contratamos un excursión para llevarnos a dos rincones cercanos a la costa jordana. Las pocas fotos que pudimos hacer apenas muestran la belleza del lugar.

     Ya solo quedaba la vuelta a Amman, una visita corta al Mar Muerto y a los castillos del desierto y el regreso a España el día siguiente. Atrás dejamos las maravillas de Petra y el desierto de Wadi-Rum, la curiosidad del Mar Muerto, la tranquilidad de Aqaba y las evocaciones de los territorios bíblicos.

Verdaderamente, un viaje con mucho jugo.

Saludos.