BAGAN

     Volamos a Bagan desde Yangon después de hacer un breve circuito de 5 días por el sur de Myanmar. Fue el primero de los 4 vuelos internos que hicimos en el país. Todos por la mañana, puntualísimos, de hecho en alguno incluso salimos minutos antes de la hora y es que, esos vuelos funcionan como autobuses en un circuito sin fin (Yangon-Bagan-Mandalay-Lago Inle-Yangon) y cuando ya facturan todos los que han comprado el vuelo pues arriba aunque falten 20 minutos para la salida. Así es la cosa. Aunque había visto en los foros que algunos vuelos se anulan o salen con retraso nosotros no tuvimos ningún problema. Volamos con Yangon Airways.

     Escogimos los vuelos a primera hora para aprovechar mejor los días de modo que aun no eran las 8 cuando ya divisábamos la inmensa planicie roja y verde salpicada de templos que es Bagan para pasar 3 días con sus noches.

     Las visitas comprendían los templos mas importantes pero yo había sumado algunos otros de los que tenia noticia que, a pesar de ser pequeños, incluían alguna curiosidad, la mayoría sacados del diario de Emerald, una autentica especialista en Myanmar y en especial en Bagan.

 

    El cuartel general elegido para los 3 días fue el Bagan Lodge. Un precioso alojamiento situado a las afueras de New Bagan compuesto de un buen numero de cabañas (tipo lodge africanas) con todas las comodidades de un buen hotel. Un par de piscinas para las horas centrales, un restaurante donde cenamos 2 veces y todas las comodidades posibles para descansar después de la borrachera de templos de cada día.
     Después de conocer el hotel comenzamos con las primeras visitas. Nuestro conductor en Bagan se llamaba Ko Myo (se pronuncia comió), empezaba el cachondeo con los nombrecitos birmanos.

     Subimos a uno de los templos de observación desde donde se tiene una magnifica vista de Dhammayazika Pagoda y de otros templos cercanos. El día estaba muy nuboso y tenia la luz perfecta para las fotos. Desde allí arriba se podía observar la gran planicie de tierra ocre surcada de caminos secundarios entre el verdor de los árboles. Una postal magnifica.

     Los efectos del ultimo terremoto (o de los anteriores, vete a saber) ya eran bien visibles desde allí. El aspecto ruinoso de algunos templos daba idea de la gran tarea que tienen los birmanos por delante y de lo que costará la reconstrucción con la escasa ayuda que reciben.
     Incluso al nivel del suelo no dejan de verse templos menores en todas direcciones.

      Continuamos la visita con el mayor templo de Bagan el Dhammayangyi Temple. A la entrada, como en casi todos los edificios una placa explica en ingles y birmano su construcción y otros pormenores. Es curioso como en todo el viaje se hace referencia a los reyes que construyeron los templos pero no a los arquitectos (a diferencia de las mezquitas de Estambul, por ejemplo) como si fueran los reyes los que construían las pagodas. La entrada principal al recinto del templo y su cúpula estaban dañadas pero no del reciente terremoto sino de uno anterior.

     Como en muchos templos, la entrada se encontraba ocupada por muchos vendedores. Nosotros no compramos nada pero probablemente los mejores precios se encontraban allí.

 
     Visitamos seguidamente el gran templo Ananda, el de las cuatro entradas dirigidas a los cuatro puntos cardinales con un buda en cada una, dos verdaderos y dos falsos, como seguro sabrán los que se han interesado un poco por estos parajes.

     Aqui no queda un recodo sin su correspondiente buda. Decenas de pequeños nichos en todas las paredes con su estatuilla y otras imágenes de apsaras, monjes y budas flanqueando cada puerta.

     Además, empezamos a ver las paredes decoradas también con motivos y escenas religiosas, primorosamente pintadas pero desvaídas por el paso del tiempo.

En un árbol, un anuncio de la reciente promoción de médicos de alguna universidad. Ahí están, que guapos, con su fonendo y todo.
     Almorzamos en el restaurante Queen una mezcla oriental y occidental que costó 37500 Kyats. Algo carillo para lo que se estila por esos lares aunque las bebidas fueran gran parte de la cuenta.
     Aprovechamos las horas centrales de la tarde para estrenar la piscina del hotel y el dos por uno del bar de la piscina. A esas horas el sofocante calor de la planicie hace que sea un suplicio ver templos, además el suelo de piedra de algunas pagodas quema como el demonio porque no debemos olvidar que a todas se accede descalzos.
video piscina

     Continuamos las visitas de la tarde con el Manuha Temple. Este tenía dos edificaciones cada uno con un gran buda, uno sentado y otro reclinado. Entenderéis que a estas alturas uno empiece a estar harto de ver tanto buda aunque cada uno tenga sus propias peculiaridades de modo que muchas veces se agradecía el pasear sencillamente por las explanadas y caminos descubriendo otros templos menores, algunos sin nadie que los vigilara o custodiara.

     Para el fin de fiesta subimos a otro de los templos para contemplar el atardecer. Admiramos de nuevo ese inmenso horizonte sin fin salpicado de cúpulas que conservo en mi memoria como una de las imágenes mas bellas de todo el viaje.

Video ocaso en Bagan

     Luego pedimos a Sandar que nos dejara a la entrada de New Bagan, muy cerca del hotel, donde teníamos localizado un restaurante con buenas opiniones en Trip Advisor, se trata del Star Bean, bastante pequeño pero con buena comida aunque eso si, la mayoría se trataba de platos occidentales. Pedimos 2 pechugas de pollo a la brasa y 2 platos de pasta que estaban muy ricos. Poco mas de 20 € pagamos los 4.

     Comenzamos el segundo día en Bagan visitando el mercado de Nyaung-U, un leve vistazo, lo suficiente para ver la mercancía llena de moscas y repartir algunos globos entre los niños. Y una curiosidad: Había churros, si, los birmanos desayunan churros (mas bien porras),
     El siguiente templo a visitar fue la pagoda Shwezigon. En un recinto enorme se despliegan no solo la gran pagoda sino otro buen numero de templos de variada arquitectura. Este debe ser el templo mas venerado de Bagan o al menos el que mas fieles tenía.

     Su cúpula se encontraba en plena restauración por lo que estaba completamente tapada.

     Uno de los recintos esta dedicado a estos dos personajes. Tienen su historia y seguro que Sandar nos la contó pero yo no me acuerdo de nada. Al parecer son espíritus, Nats, precursores del Budismo y muy venerados en Bagan. Una de las excursiones mas concurridas de Bagan es visitar el monte Popa, un volcán extinto con un monasterio en lo alto donde conviven otros 37 espíritus mas. Es el hogar de los Nats. Nosotros no fuimos.
     En uno de sus lados de la pagoda hay una baldosa mágica con un agujero lleno de agua donde se puede ver reflejada su cúpula. Esto es al menos lo que reza en un cartel, muy distinto a la foto que yo pude hacer donde no se reflejaba nada.
     Continuamos con uno de los templos sugerencia de Emerald, el Tha Kya Bon Pagoda, un templo muy pequeño con un buda cuya caracteristica es que le asoma la cabeza de otro por el vientre. Ni siquiera Sandar sabia su significado, quizás tenga algo que ver con la reproducción, la maternidad o que se yo.
     Continuamos seguidamente visitando el templo Htilominlo. Aunque este lo vimos sobretodo desde otra terraza de un templo cercano. Desde allí las vistas eran hermosas. Para ello estaban dispuestas varios pares de sandalias prestadas junto al camino que daba al templo accesorio ya que nuestros zapatos se habían quedado a la entrada del templo principal.
     Continuamos viendo algunos templos menores pero con curiosidades como el grupo de pagodas Min Myaw Yaza. Uno de los edificios se adorna exteriormente con elefantes, budas y dragones-monos y en su interior se encuentran varios budas dos de ellos semireclinados con las piernas a los lados formando una esquina. En ningún templo mas de todo Myanmar volvimos a ver esa distribución.
     Junto al templo Ananda, imbuido dentro de Old Bagan se encuentra la pagoda Hsu Taung Pyi. Se trata de una pirámide de piedra amarilla con una estupa en forma de campana. La pirámide esta unida a otro edificio cuadrado y en su interior guarda un Buda muy especial. Se encuentra al fondo de un pasillo abovedado cuyas paredes y techo están recubiertos de cientos de cristalitos hexagonales. La estatua esta iluminada por varias bombillas de colores cuya luz se ve mil veces reflejada en las paredes dando un efecto muy especial. Merece la pena acercarse hasta allí para admirar el solitario templo. Fue otro consejo de Emerald, miss Budha.
     Almorzamos en el mismo hotel porque luego tendríamos una escapadita con motos eléctricas y no queríamos empezar muy tarde pero antes pasamos por una fabrica de lacados y otros productos donde no hice ninguna foto pero si algunos videos que muestro a continuación.

     La excursión con motos fue muy divertida. Se trata de motos chinas muy manejables que te permiten perderte entre los caminos descubriendo templos solitarios. Las motos tienen 3 marchas y una autonomía suficiente para varias horas de diversión. Yo no las he visto en España pero si se importan podrían ser una buena solución a los atascos y la polución de las ciudades.

     Como no estábamos muy puestos en su manejo y su autonomía decidimos recorrer las caminos cercanos al hotel desviándonos cuando veíamos una pagoda cercana. Maribel, mi mujer, decidió quedarse en el hotel de modo que nos pusimos en marcha Isabel y Antonio en un vehiculo y yo en otro.

     Una vez pasada la experiencia tengo que decir que alquilar una moto es, sin duda, una de las mejores formas de ver los templos. Un buen mapa y tiempo suficiente y a disfrutar como crios. Yo me hubiese quedado una semana entera en Bagan.

     No puedo decir el precio del alquiler porque venía incluido en nuestro paquete turístico pero en los foros he visto que rondaba entre 5000 y 10000 Kyats diarios. Una ganga.

      La primera parada fue en la pagoda Dhammayazika. Con las motos es fácil llegar hasta los templos, aparcar lo mas cerca de ellos o buscar alguna entrada trasera menos concurrida o bien investigar los alrededores porque casi siempre hay otros templos menores con buenas vistas. Esto ocurrió con este templo. Pasamos por un camino lateral donde había dos templitos gemelos que enmarcaban la gran pagoda haciendo una vista hermosa.
     Luego abordamos el templo llamado Thitsarwadi. Solitario y descuidado, parece que éste está de los últimos de la lista para restaurar porque las paredes pedían a gritos un adecentamiento. Como ya estaba cerca el ocaso no paraban de entrar y salir murciélagos por sus puertas.
     A su lado una pagoda sin nombre a la que se le habían añadido 4 edificios rectangulares que parece que tenían carácter administrativo.

     Como tenia una cúpula muy vistosa se me ocurrió darle una vuelta buscando una entrada. Todas estaban tapiadas pero al pasar por un lateral vi un gran lagarto pegado a una de las paredes. El también me vio a mi y rápidamente se escondió detrás de un saliente dejando ver solo las patas delanteras y la cabeza. Cuando yo me movía a un lado el lagarto se desplazaba al otro sin dejar de mirarme y así varias veces. Fue una curiosa experiencia que no me dio tiempo a grabar.

     Esta vez el chapuzón de la piscina fue nocturno y solo para nosotros, luego cenamos en familia en el mismo hotel. En el porche de nuestra habitación dimos cuenta de un gran tapeo de jamón y queso que habiamos traído desde España, regado con algunas cervezas y acompañados de una horda de mosquitos que nos dieron la lata.
     Comenzamos el tercer y último día en Bagan visitando un templo célebre por sus pinturas y grabados. Creo que se llama Gubyaukki pero el de Minkabar porque al parecer hay otro del mismo nombre en otro sitio. Las pinturas muestran motivos geométricos, imágenes de Buda y escenas Jataka, la mayoría en buen estado de conservación aunque un poco oscuras (quizás por eso no están deterioradas).
     Desde allí nos acercamos a un pueblo cercano. En el recorrido proporcionado por la agencia se dice que el pueblo se llama Ah Shay Phwar Saw y, si es así, debe ser una especie de comunidad de otro pueblo llamado Minnanthu porque allí es donde estábamos.

     Visitamos el colegio, la casa del alcalde que a su vez era una pequeña tienda y estuvimos conversando con algunos niños y en especial con una abuela que no paraba de fumar un enorme puro casero. También visitamos un clásico telar domestico de seda.

     Por aquello de la llamada de la profesión nos hubiera gustado ver la clínica pero estaba cerrada. Al parecer solo abría determinados días.
     La siguiente visita en la lista era la Sulamani Guphaya. No se podía acceder a ella porque estaba en plena restauración. había resultado gravemente dañada por el ultimo terremoto. Su cúpula se había venido abajo como atestiguaban unos carteles a la entrada. Aun así se podía ver desde el exterior aunque algo afeado por los andamios de la reconstrucción.

     Aun así no perdimos el tiempo porque vimos un puesto medico montado junto a la pagoda y un par de enfermeras birmanas con las que estuvimos hablando. Antonio, policía de profesión no pudo evitar la tentación de fotografiarse con algunos colegas de un destacamento que estaba emplazado allí.

     Después de eso almorzamos en un restaurante turístico junto al río, platos chino-birmanos con algunas salsas picantes que casi ni tocamos y con cervezas para sofocar el calor sofocante que inunda estos lares en las horas centrales del día.

     Luego descansamos un rato en el hotel a la espera de la ultima incursión en el mundo de Bagan.

     A las visitas de la tarde fuimos en carros de caballos que mas bien parecían carretas del Rocío. Los primeros templos eran bastante accesibles pero para llegar a los otros los caminos estaban casi intransitables para los coches y con los carros se llegaba fácilmente, saltando como cabras, pero fácilmente.

     Primero visitamos la Mahabody Paya, una pagoda exageradamente alta con una cúpula piramidal cuadrada de tipo hinduista a imagen y semejanza de otro templo del mismo nombre que se encuentra en la India. Este también había sufrido daños por el ultimo terremoto y uno de los pináculos dorados de las torres menores aun yacía en el suelo hecho pedazos.

     Ya no volvimos a entrar en ningún templo, los demás los vimos directamente desde los caminos acercándonos a algunos mas vistosos y famosos como el gran Shwesandaw donde provisionalmente no se podía subir por el riesgo de derrumbes (este es el mas famoso desde donde se tienen las mejores vistas). La abundancia y diversidad de templos es tal que a veces dudabas al pasar si este ya lo habías visto o no aunque siempre aparecía algo diferente y peculiar que los diferenciaba.

     Para mi, Bagan, bien restaurado y accesible (y falta mucho para eso) se llevaría la palma frente a los templos de Angkor pero no se si eso es lo deseable. Quiero decir que si se tiene en mente convertirlo en un parque temático de templos rodeados de hoteles y carreteras mejor dejarlo así.
     Para el fin de fiesta dejamos un paseo por el río Irrawadi para observar la vida de las riberas y deleitarse con una bella puesta de sol desde el agua.
     Dijimos adiós a Bagan con una cena en el hotel. Se me quedaron cortos los días en esta zona pero aun quedaban otras maravillas que descubrir y admirar. Como alguien dijo una vez "A veces el mejor modo de homenajear un sitio es abandonarlo".