GOLDEN ROCK
     Llegamos a la base de la montaña sobre las cinco y media y aun tuvimos que esperar un buen rato a que se llenara el camión asignado para subirnos. Y no solo de visitantes sino también de grandes cajas de cartón, varios sacos de patatas y por supuesto también de nuestras maletas que yo pensaba que se quedarían abajo con el conductor pero no fue así. Ya íbamos justos de tiempo para ver atardecer en la cima.
     Ya estaba tardando en ocurrirnos algo. Desde que llegamos a Myanmar todo había transcurrido como la seda y excepto por ese terremoto, del que aun no habiamos visto sus consecuencias, las cosas no se habían torcido. Hasta ahora.

     A mitad de camino de la roca dorada nuestro vehiculo se paró en medio de la carretera. El recorrido de 13 Kms. que va desde la base hasta la cima se salva en grandes camiones chinos con un potente motor diesel que de vez en cuando resopla soltando bufidos de aire comprimido como las puertas de los trenes. No son demasiadas curvas pero el desnivel es importante e insuperable para un coche normal. Raro es que se averíen pero el nuestro se averió.

     Al principio ni nuestra guía Sandar sabia lo ocurrido pero pasaron 10, 20, 30 minutos y no nos movíamos. Por fin apareció un nuevo vehiculo pero aun no terminaban nuestras penas. Ahora había que traspasar cada bulto, sospechoso o no, de un camión a otro, y eso nos llevó otros 15 minutos. Fue entonces cuando nos percatamos de los sacos de patatas.

    En definitiva, que cuando llegamos arriba, ya era noche cerrada. Al garete el atardecer viendo la roca y, como quiera que era la única noche que pasaríamos arriba, solo nos quedaba el amanecer de modo que habría que madrugar.

     Todavía quedaba llegar al hotel con las maletas. Para ello aparecen como de la nada varios paisanos con cestos de caña que por una módica cantidad se encargan de llevarte los bártulos cuesta arriba. Sandar se encargó de todo aunque solo fueron unos 200 metros ya que nuestro hotel estaba muy cerca.

     El video siguiente muestra un resumen aunque la mayoría de las imágenes son de la vuelta, aun así puede uno hacerse una idea de las curvas y del desnivel.

     Después de dejar las maletas en la habitación y descansar un poco subimos los escasos 500 metros que nos separaban de la pagoda. Sandar nos acompañaba explicándonos detalles curiosos de La Roca. Nos ayudamos con linternas ya que el camino está completamente a oscuras.

    Algunos monjes aparecían como fantasmas en mitad de la negrura solicitando limosna (entre el suave murmullo de sus rezos dejaban caer la palabra money). A mitad de camino se encuentran unas vallas y unas taquillas donde hay que dejar los zapatos obligatoriamente. En la oscuridad ni siquiera nos percatamos de una pequeña oficina donde se supone que se abona el ticket de entrada al recinto pero a esa hora estaba cerrada. Lo gestionan personal militar.

     Un poco mas adelante otra curiosidad: Como la roca dorada esta prohibida para las mujeres, antes se encuentra un edificio muy iluminado donde se representan 3 rocas simuladas dispuestas idealmente para las ofrendas femeninas. Parada obligada para nuestras chicas.    

     Y al final, en la negrura de la noche aparece la gran Roca, excesivamente iluminada desde todos los ángulos como una enorme mole dorada suspendida del cielo nocturno. Cuenta la leyenda que se mantiene en equilibrio gracias a un pelo de Buda.

     A esa hora no estaba muy concurrida. Algunos fieles preparaban ofrendas de fruta y comida en bandejas que depositaban junto a la entrada y encendían velas de incienso alrededor de la pagoda y cientos de polillas de todos los tamaños revolotean por el lugar, girando en el suelo o estrellándose contra los cristales de los templos secundarios.

     Después de hacer fotos desde todos sitios nos acercamos con Sandar al recinto de la pagoda. Una vez llegados hasta allí había que rendir pleitesía a esa gran roca equilibrista venerada por tanta gente. No esta permitido entrar con cámaras, bolsos o mochilas a ese espacio por exigencias de seguridad de modo que dejamos todo a nuestras mujeres y durante un breve espacio de tiempo nos acercamos todo lo que se puede acercar uno a la piedra, hasta tocarla. Como en todo el viaje, seguía sintiéndome completamente ajeno a todo aquello, con un sentimiento entre admiración y curiosidad no muy distinto a cuando veo las procesiones de semana santa. Contemplando el espectáculo. Mas aun cuando a la vuelta nos acosan varios niños vendiendo bolsas de gusanitos y sucedáneos de patata para regalar a los monjes que desfilan ante ti, en la oscuridad, con un cuenco de madera entre las manos y sobretodo cuando al acercarte a ellos, a los monjes, entre sus plegarias te susurran la palabra "money".

     Cenamos en un cutre restaurante frente al hotel donde desplazaron a unos paisanos de la mesa para hacernos sitio. Comimos un caldito y unos pad-thais de pollo y cerdo con su arroz correspondiente y fruta y cerveza. No conservo factura de aquello porque creo que ni nos la dieron. Pero fue muy barato, solo 14500 Kyats. Sin cerveza, solo tenian en el hotel aunque muy barata.

      No percibimos la belleza del lugar hasta la mañana siguiente.

     La pagoda aparecía entre nubes que ascendían por la montaña. Entre los árboles, en la lejanía se percibían otras estupas brillantes en las colinas cercanas. había bastante mas gente que la noche anterior y mas fieles junto a la Roca. Ya no había ofrendas ni estaban los monjes pero los niños vendedores seguían allí. Incluyo un video que da idea del lugar y del movimiento de las nubes a esas alturas.

     Al otro lado de la Roca, ahora entre la niebla, se encuentra el pueblo formado fundamentalmente por chabolas amontonadas en la ladera.

     Volvimos de nuevo al hotel y después de un café ya estábamos recogiendo para volver a bajar en otro supercamión. Cuando salimos de la habitación no pude por menos que fijarme en un pequeño camaleón que había pasado la noche junto a nuestra puerta.

     Mientras esperábamos unos chicos nos deleitaron con una pequeña exhibición de Chinlone.

video chinlone

     El Hotel, Mountain Top, correcto, sin demasiadas comodidades. Ahora, eso si, muy cerca de la roca.

Nuestra siguiente etapa, Hpa An.