LA CIUDAD

     Manhattan tiene tantísimo que ver que prácticamente en cada manzana o plaza hay algo interesante, y no solo los rascacielos y los monumentos, también están los escaparates, las cafeterías y restaurantes, los edificios del municipio, las mismas casas de algunos barrios pintorescos son atrayentes. Mas abajo les pongo unas muestras de la variedad de la ciudad.

     Un escaparate original, una muestra de los inconfundibles carteles de las calles que hacen casi imposible perderte, el consabido puesto de perritos calientes y la entrada de la tienda Tiffany. Y todo en una manzana.

 

     Una boca de riego, flamante y accesible, un puesto de socorro con línea directa a la policía y los bomberos y un expendedor de periódicos automático. No solo representan a una ciudad sino a un modo de vida.

 

     El Empire State, la joya de la corona, no tiene que imaginarse uno a King Kong escalándolo ni recordar las películas allí filmadas. El solo, por su presencia y sus vistas le hacen famoso.

 

    Times Square, el día en la noche, un enjambre de visitantes. Tiendas, restaurantes y espectáculos abiertos las 24 horas. Policías a caballo, artistas callejeros, vagabundos y trotamundos, hombres-anuncio, teatros, grandes escaparates y luminosos, todos a su disposición para pasar las ultimas horas del día. O las primeras de la noche.
                                             
 

 

 

     Algunos edificios celebres: arriba, el edificio Dakota y la biblioteca publica, bajo estas líneas, el Chrysler Building, el Radio City Music Hall, el Madison Square Garden, el Carnegie Hall, el de las naciones unidas (si, es el, aunque no lo parezca), el edificio de la bolsa de Nueva York, el Flatiron y dos instantáneas de la zona cero, el solar donde estaban las torres gemelas, a medio construir (o mejor dicho, en el comienzo de su reconstrucción).

 

 

     Otras "celebridades" de la ciudad: La juguetería FAO, la tienda Apple junto a Central Park y justo en la otra esquina, en Columbus Circle, una reproducción del globo terráqueo metálico que se encuentra en Queens (creo que en Flashing Meadows, palacio del tenis, o cerca), una pequeña iglesia muy venerada desde que quedara indemne a pesar de estar junto a las torres gemelas, y el Carnegie Delicatessen (donde Florentino Fernández se comió el gran sándwich Woody Allen en la serie viajera Planeta Finito).