Justo al final del hotel por la derecha se encuentra un conjunto de edificaciones nativas que conforman poco mas de dos calles repletas de tiendas de souvenirs, un par de restaurantes, un pequeño destacamento militar y un banco (dentro de un supermercado). Si quieres, puedes cambiar pesos dominicanos para pagar algunas cosas pero la mayoría de las compras siempre es mejor en dólares y desde luego nunca en euros porque te clavan.

     Por lo que pude ver la mayoría de los lugareños que aquí trabajan son haitianos con visado de residencia en Republica Dominicana. Pueden llegar a ser muy insistentes, tanto que hasta asustan la clientela, y cuando no están en sus tienduchas van playa arriba y abajo vendiendo puros, ron, pinturas tainas o baratijas.

     Los precios, de entrada, desorbitados, pero con regateo, y mucho, se puede conseguir cuadros bonitos por unos 15 dólares o camisetas vistosas por 5 ó 7 dólares.