ZALIPIE

    

     De camino a Cracovia, tras dejar Zamosk, hicimos una parada en Zalipie, un bonito pueblo cuya mayor atracción son las mismas casas de los campesinos adornadas con pinturas multicolores de motivos florares que realizan desde hace 80 años las propias aldeanas.

     El pueblo se compone de edificios separados, tipo chalet con parcelas, donde todas las paredes y muros, incluidos las vallas, pozos, caseta del perro y algunos árboles están adornados con pinturas de flores. Hasta la iglesia, que visitamos, está llena de motivos dando un peculiar aire festivo y campestre a todo lo que le rodea.

     Para terminar la excursión incluso visitamos al herrero del pueblo (a su hijo, en realidad) que nos enseñó la antigua fragua del padre donde hacía y arreglaba útiles de labranza y otros artículos caseros de hierro forjado. Incluso nos obsequió con un exquisito postre de nueces y miel.