LAS CASCADAS DE ERAWAN

      Incluso después del paseo por las vías llegamos a las cascadas antes de las 10 de la mañana. El parque nacional de Erawan se encuentra a 75 kilómetros de Kanchananburi y a 190 de Bangkok. Comprende 550 kms² de parajes naturales preciosos y hasta 7 niveles de cascadas que, cuando fuimos, estaban bastante llenas de agua. A partir de la segunda cascada no puede llevarse comida y las botellas de agua te las numeran en un control dejando una fianza que te la devuelven al volver a entregarlas, un buen método para no ensuciar aquello. No tengo ni idea del precio de entrada del parque, íbamos con esos gastos pagados pero creo que son unos 200 o 300 Bahts.

     Pasamos de puntillas de las 2 primeras, bastante grandes y con troncos estratégicamente tumbados para que sirvan de soporte. Y llegamos a la tercera luego de andar un buen trecho por un camino serpenteante entre árboles.

   

    En la tercera nos establecimos. Era sábado y yo pensaba que aquello se llenaría, había leído en algún diario que los fines de semana el parque parecía una romería pero ni mucho menos. Llegamos los primeros y en las dos horas que pasamos allí solo aparecieron unos pocos turistas diseminados y ningún local.

     La entrada al agua estaba llena de raíces pero una vez pasado ese trago te encontrabas con un espacio enorme con la suficiente agua como para nadar a gusto y con un único chorro de agua de postal de fondo. Además esta repleta de carpas enormes que se afanan en conseguir cualquier hoja o brizna de hierba que cae de los árboles. Y luego están los limpiadores. Pero no de los pequeñitos, de eso nada, peces de 10 centímetros que se abalanzan a tus pies nada mas que los dejes quietos en un palmo de agua. Una ocasión que ni pintada para grabar con mi go-pro nueva con la carcasa acuática.

     No todos permanecimos allí. Algunos de mis compañeros, mas aventureros, se dedicaron a subir los siete niveles y yo creo que ni se bañaron. Nosotros cuando nos hartamos de agua ascendimos hasta la cuarta cascada, algo mas pequeña que la anterior y con dos piedras redondeadas simulando dos enormes tetas.

   Sobre las 12 nos reunimos todos de nuevo y nos aseamos en las duchas de la entrada dispuestos a continuar hacia Ayuthaya. Esta excursión de las cascadas pienso que merece la pena y además te proporciona un paréntesis natural entre tanta piedra y templo. No todo va a ser historia.

     En el camino a Ayuthaya dos curiosidades: un puesto ambulante de ratas de campo asadas con rabo y todo y otro tenderete que vendía unos dulces de arroz, hechos a la brasa, en trozos de caña mezclando arroz con alubias rojas y agua de coco azucarada. Estaban riquísimos. Chang nos contó que se enviaban a las zonas afectadas por inundaciones y tsunamis por su alto contenido proteico y por permanecer mucho tiempo sin descomponerse. Me refiero a  los dulces no a las ratas. Esta familia también se dedicaba a hacer carbón y nos enseñaron los hornos donde los fabricaban.

AYUTHAYA

     Almorzamos otra vez junto al río muy cerca de la ciudad y como la vez anterior platos variados de pollo y cerdo, verduras y arroz. Y cerveza, claro.

     Media hora después ya estábamos recorriendo el primero de los templos antiguos de Ayuthaya, se trata del Wat Maha That, muy reconocible por la cabeza de buda entre las ramas de un árbol, miles de veces fotografiada (de las tres imágenes que pongo, el primer plano corresponde al año 2003, de la vez anterior que estuvimos aquí, puede verse que las ramas casi no han cambiado nada, para mi que están mas muertas que vivas). El resto del templo, que es muy grande, lo forman estructuras de ladrillo rojo en muy mala conservación y varios budas muchos de ellos descabezados.

 

     Y con esta foto del grupo al completo dimos por terminada la jornada. Aun nos dio tiempo a darnos un ultimo chapuzón en la piscina del hotel Kantary, hasta que empezó a diluviar y nos refugiamos en la habitación. No conservo ninguna foto hasta el día siguiente de modo que debimos cenar en el hotel porque con la tromba que caía no estábamos para aventuras nocturnas en la ciudad.

     A la mañana siguiente continuamos recorriendo templos antiguos en Ayuthaya. Primero llegamos al Wat Yai Chai Mongkon (estos nombrecitos los he recogido de internet y de algunas fotos que hacia al cartel que anunciaba el templo, cuando me acordaba). Entramos por un lateral para ver primero un buda reclinado mediano, no tan grande como los anteriores, pero cubierto con un gran manto amarillo. Luego nos acercamos a su gran chedi central en forma de campana donde además se puede subir. Las estupas así como las estatuas de buda también estaban adornadas con telas doradas. Aun no eran las 9 de la mañana y ya el sol pegaba de lo lindo y en el cielo ni una sola nube. A destacar las filas de budas sentados, muy fotogénicos.

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     El siguiente templo visitado fue el Wat Phra Sri Sanphet con 3 enormes estupas gemelas bastante bien conservadas. Como pueden ver en las fotos, casi no había turistas no se si por lo temprano de la hora o por el calor pero la mayoría de los templos de Ayuthaya y también de Sukhotai los vimos en familia.

 

     Terminamos las visitas de Ayuthaya con el Wat Chaiwatthanaram (estos nombres cuando los pronuncia un tailandés suenan preciosos, si lo dice un europeo parece que no sabe leer). Un templo muy vistoso y fotogénico. Situado al lado del río y con su gran estupa central en forma de mazorca, de estilo khmer. Como los de Angkor en Camboya.

 

     Y como no había mucho mas que ver, emprendimos rumbo hacia el norte hasta Sukhotai. Eran unos cuantos kilómetros pero con dos etapas intermedias, el templo de los monos en Lopburi y un enorme buda reclinado en Sigburi. Pero eso lo veremos en el siguiente capitulo...