LOPBURI

     Llegamos al Lopburi sobre las 11 de la mañana. El templo en si no es gran cosa, solo una estructura muy cerrada con 3 chedis tipo Khmer. Lo importante aquí es su fauna.

     Hace poco vi un documental que contaba que hay 3 grandes familias de monos, los del templo, los de las casas de al lado y los de la estación de trenes y las vías que se encuentra detrás. Aunque todos provienen del templo y se han ido expandiendo o han sido expulsados. Al parecer los de la ciudad son muy molestos y ladrones.

 

     En el templo son muchísimos y están por todos lados, son muy curiosos y en cuando te acercas se abalanzan sobre ti y empiezan a hurgarte buscando cualquier cosa. Les llamaba particularmente la atención el pelo de mi mujer y le palpaban como si buscaran algo dentro. Chang nos advirtió que no lleváramos ropa que pensáramos seguir usando porque los monos están muy sucios y te dejan perdido de barro y suciedad.

    Y así fue, nada mas acercarnos los animales se te suben encima, tres o cuatro, se pelean entre ellos y chillan por colocarse en mejor posición. Yo no sentí peligro en ningún momento pero te agobian cuando tienes unos pocos arriba y hay otros que quieren subir también. Chang mantenía nuestras cosas a buen recaudo y no paraba de hacernos fotos. Tengo mas de 50 de esos momentos. No se me ocurrió hacer un video.

 

      Cuando se ponían muy pesados siempre había algún paisano con una vara o un tirachinas que se hacia respetar para luego pedir alguna propina o vendernos alguna postal.

     El nombre thai de este templo es Phra Prang Sam Yot que debe significar "los simios y la madre que los parió".

 SIGBURI

    Una hora tardamos en llegar a Sigburi y en entrar en el Wat Phra Non Chakri. Un templo muy venerado (por lo menos con mucha gente) cuya estrella principal es un gran buda reclinado muy parecido al de Bangkok.

En la entrada, la estatua de un monje sentado presidiendo la estancia y en la gran sala contigua también abundan otros budas de jade y algunos llenos de pan de oro que quieren significar los días de la semana. Por todas partes se veían ofrendas de flores y billetes falsos. Y a la espalda del buda reclinado una tradición: una buena colección de cuencos metálicos en fila a los que hay que echar una moneda a cada uno al menos, para tener suerte. Al principio de la fila hay una taquilla donde te cambian los Bahts y te dan muchas monedas pequeñas.

 

     Y en el exterior mas budas con mucho pan de oro puesto por encima o a medio poner. Nosotros aprovechamos para colaborar con nuestra aportación dorada.

 

SUKHOTAI

     Aun quedaban un buen puñado de horas para llegar hasta Sukhotai de modo que a medio camino paramos a almorzar en un restaurante precioso, todo lleno de plantas tropicales.

     Almorzamos en una mesa solitaria, en una tarima al borde de un río. No se me ocurrió preguntar el nombre del restaurante pero el sitio es idílico.

     La comida tampoco estuvo mal, platos y platos de verduras, arroz, buñuelos de carne, calamar, etc. Para hartarse.

 

     Todavía llegamos al hotel Leyendha con tiempo suficiente para darnos un baño en la coqueta piscina. Nuestro cuarto estaba a un paso de ella y pude relajarme una buena media hora metido en agua hasta el cuello. Además era uno de los pocos sitios donde se podía fumar ya que en la habitación, toda de madera, estaba prohibido.

     Ya por la noche nos reunimos todos en el comedor a tiempo de ver una muestra de danzas Thai en el escenario. Allí mismo cenamos comida occidental, filetes y hamburguesas.

     Muy tempranito a la mañana siguiente era tiempo de recorrer los famosos templos del Parque Histórico de Sukhotai y lo haríamos en bicicleta aunque no todos. Mi mujer ha olvidado montar en bici (y eso que dicen que no se olvida) de modo que ella haría el mismo recorrido con el guía en un tuc-tuc que allí se llama songthaew.

     Comenzamos el recorrido entrando por la puerta sur del parque pero justo entonces por la carretera comenzaron a pasar cientos de bicicletas en fila, imagino que sería el día de la bicicleta en la ciudad de modo que había que pararse y dejar pasar a toda la comitiva. El video que muestro incluye una muestra del evento.

 

     Recorrimos los alrededores de los templos sin ninguna prisa, el día estaba nublado y la mañana era ideal para pasear en bici. De vez en cuando nos parábamos en los templos mas bonitos y entrábamos a pie a recorrerlos mientras el conductor se quedaba con las bicis.

    Ayuthaya y Sukhotai eran dos ciudades imperiales que alguna vez fueron capitales del reino de Siam. Sus templos son ruinosos y la mayoría no se veneran aunque hay budas por todos lados y algunos muy vistosos.

 

     Dejamos para el final el templo Wat Si Chum, al norte del parque histórico. Un poco como la joya de la corona de Sukhotai, el templo mas representativo y en gran medida lo es por el impresionante buda sentado que hay en su interior.

     Visto desde lejos parece una figura de grandes ojos saltones pero cuando lo ves de cerca te das cuenta que la estatua tiene los ojos semicerrados y esta mirando hacia abajo en tu dirección, porque solo desde abajo se puede contemplar la estatua.

     Al estar tan encajonado es difícil hacer una panorámica completa de modo que te tienes que concentrar en los detalles, la cara serena, la pose sentada y las manos, sobretodo las manos de dedos alargados y desiguales con rastros de pan de oro que le dan un brillo especial.

 

     Una vez pateados los templos, devolvimos la bicicletas y montamos de nuevo en la van para recorrer otros buenos cientos de kilómetros hasta Chiang Rai y en el camino, nuevas maravillas.