TRANG AN

    A pesar de que contratamos un viaje privado, algunas de las excursiones se realizaban con un grupo organizado. Esta era una de ellas.

    Después de pasar por varios hoteles recogiendo gente nos adentramos en la provincia de Ninh Binh, a casi 100 Kms de Hanoi.

     Primero recorrimos un conjunto de templos, patios y jardines muy nuevos que se erigían en lo alto de una de las montañas. La gran pagoda redonda aun estaba a medio construir y todo tenia un regustillo a nuevo y quizás demasiado cementado. A todo este conjunto la llamaban la pagoda de Bai Ding.

     Vimos Budas grandes y pequeños, muchos encerrados en nichos acristalados con dinero falso que colaban por entre las rendijas y un corredor interminable repleto de estatuas blancas de tamaño natural representando a Buda y a personajes famosos de la historia vietnamita. Aun era temprano pero el calor y la humedad ya se hacían notar en la montaña.

     Uno tras otro se fueron sucediendo patios y edificios, aquello es enorme, con unas vistas preciosas valle abajo, todo agua y verdor.
     Después del largo peregrinaje entre templos, pagodas, patios, escaleras y budas, era hora del relajante paseo por el río entre un laberinto de pequeñas lomas repletas de verdor. La postal me recordó el recorrido que, años antes, hicimos por el Río Li, en China. De hecho, justo debajo expongo dos instantáneas, una de cada sitio, que reflejan las semejanzas entre ellos.  
    El agua clarísima, dejaba ver las algas del fondo y algún que otro pez y solo se oía el chapoteo de los remos acompasados. Lo mejor es que no había casi nadie y pudimos disfrutar plenamente de la naturaleza que nos envolvía.
     Una anécdota: Mi mujer, Maribel, desconocía que la travesía duraba más de 2 horas y cuando solo llevábamos 30 minutos estaba clamando por unos servicios, toilets, restrooms o como quiera que se diga en vietnamita. Ciertamente, Dios existe (incluso en estas tierras) y aunque algunas barcas siguieron otro camino, la nuestra nos paró en la siguiente curva, en una especie de pequeña pagoda con su consabido Buda, unos peces enormes de piedra y un WC salvador que a mi mujer le pareció gloria bendita.
     Las fotos de arriba nos las hicieron desde otra barca unos chicos con los que intercambiamos emails, yo les hice fotos a ellos y ellos a nosotros. En la segunda se puede observar la destreza del remo con los pies de la chica que nos llevó. Por cierto, en ningún momento fuimos acosados por vendedoras o remeras para comprar algo o para dar propina aunque la mayoría de las webs y guías que consulté decían que ocurriría.

     Y una observación más. Esta excursión, como dije antes, discurrió en grupo y no en privado, no tuvimos suerte con la barca ya que subimos los segundos y no teníamos buena visión y además algo del recorrido nos debieron escamotear porque solo pasamos una cueva de las 8 ó 9 que decían las guías.

Próxima parada HALONG.